Hay una manera optimista de ver la revolución que ha tenido lugar en Madagascar en las últimas semanas, que condujo a la apresurada huida del Presidente Rajoelina y la toma del poder por los militares. Consiste en rendir un saludo bajo a quienes derribaron el régimen, los jóvenes de la ahora famosa “generación Z”, todos aquellos nacidos entre 1997 y 2012.
¿Recuerdas lo que sus mayores en todo el mundo decían sobre ellos? Con las narices pegadas a las pantallas, serían incapaces de interesarse por otra cosa que no sean vídeos estúpidos en TikTok. Una impresionante serie de revoluciones pacíficas en los cuatro rincones del mundo –en Sri Lanka (en 2022), Bangladesh y luego, más recientemente, en Nepal, o, todavía en marcha, en Marruecos y Perú– han derribado estos supuestos.
Estos jóvenes no son desconectados de la realidad ni egoístas. De lo contrario. Saliendo a las calles en masa, con gran valentía, desafiaron la represión para exigir justicia, dignidad, mejor educación, mejor acceso a la salud y el fin de los poderes corruptos. Esto es lo que acaba de suceder con la Generación Z en Madagascar.
La salida del bling-bling presidente
Exasperados por los cortes de agua y electricidad que imposibilitan la vida cotidiana, los jóvenes de Antananarivo, la capital, se enfrentaron durante semanas a la policía desatada contra ellos y lograron la salida de Andry Rajoelina, el presidente ostentoso, corrupto y caprichoso que gobernaba el país.
¿Esta huida señala el fin de sus desgracias? Nada es menos seguro por dos razones que nos hacen más pesimistas: los problemas estructurales de la “isla grande”, un país sumido en la pobreza y la corrupción durante décadas y las incertidumbres sobre las intenciones de los militares que, tras la revolución, tomaron el poder. Para entender lo que está pasando, mire el último vídeo de François Reynaert, también conocido como “Uncle Obs”, editado e ilustrado por Louis Morice.