una amenaza “sin precedentes” para la salud. El calentamiento global y la quema de combustibles fósiles no sólo dañan el medio ambiente, también son cada vez más peligrosos -y mortales- para los humanos, como se detalla en un informe anual de referencia publicado este miércoles 29 de octubre por la revista científica británica “The Lancet”.
• 546.000 muertes al año causadas por el calor
Ésta es la gran noticia de la edición 2025 de Lancet Countdown, un informe que publica cada año la revista médica sobre los riesgos del cambio climático para la salud. Por primera vez, los autores cuantifican el número de muertes causadas directamente por el calor en los últimos años.
Según ellos, entre 2012 y 2021, una media de 546.000 muertes al año fueron causadas por el calor -principalmente en África, Oriente Medio y el sur de Asia-, mientras que los episodios de olas de calor se aceleran debido al calentamiento global.
Esta cifra supera en más de la mitad (63%) el nivel registrado en el decenio de 1990. Este salto está relacionado en gran medida con el aumento de la población mundial. Pero si tenemos esto en cuenta, la mortalidad relacionada con el calor aumenta casi una cuarta parte (+23%).
“Los bebés menores de un año y mayores de 65 –los grupos de edad más vulnerables– sufrieron un número sin precedentes de días de ola de calor en 2024”destacan los investigadores. Para estas dos categorías, la duración media de la exposición se ha más que triplicado en veinte años.
El calor excesivo puede provocar problemas renales, enfermedades cardiovasculares y respiratorias, insuficiencia orgánica y, en ocasiones, la muerte. Sus consecuencias pueden ser más insidiosas, señala el informe. Desalienta la actividad física e interfiere con el sueño, dos componentes esenciales para una buena salud física y mental.
• La contaminación, otra causa de muerte
Otra conclusión importante del informe: la carga sanitaria aún considerable de la contaminación del aire, acentuada por el calentamiento global y provocada también por la combustión de combustibles fósiles (carbón, gas, etc.), que alcanzó un nuevo récord en 2024.
Los autores estiman que la contaminación atmosférica relacionada con los combustibles fósiles causó más de 2,5 millones de muertes en 2022. Sin embargo, la tendencia es a la baja, gracias a la disminución del uso de carbón en los países desarrollados.
Como novedad en esta edición, los autores han cuantificado el número de muertes causadas específicamente por la contaminación relacionada con los incendios forestales, un fenómeno cada vez más frecuente debido a episodios de calor y sequía. “En el año 2024 se produjo un récord de 154.000 muertes relacionadas con la contaminación por partículas finas procedente del humo de los incendios forestales”concluye el informe.
• Desastres naturales cada vez más mortales
El calentamiento global acentúa los fenómenos meteorológicos “extremos” : sequías, tormentas, inundaciones… Causaron al menos 16.000 muertes en 2024, según el informe.
Lo cierto es que esta cifra por sí sola está muy lejos de demostrar los profundos efectos de estos fenómenos en la salud humana. Pueden ser desastrosos para la producción agrícola y poner en peligro la buena nutrición de muchas poblaciones.
Según el informe, la aceleración de los episodios de sequía y olas de calor amenazará la seguridad alimentaria de 123,4 millones de personas en 2023. Y esta cifra no es exhaustiva, ya que se basa en el análisis de 124 países, cuando el mundo tiene casi 200.
• Se favoreció la circulación de enfermedades infecciosas
Por último, el calentamiento global también facilita la circulación de enfermedades transmitidas por animales, en particular insectos que se encuentran estableciéndose en regiones antes inhóspitas para ellos. Un ejemplo revelador: el dengue, transmitido por el mosquito tigre. Este insecto, anteriormente confinado a las regiones tropicales pero ahora muy presente en Europa, encuentra condiciones climáticas cada vez más favorables.
Debido al aumento de las temperaturas, el potencial global de transmisión del virus del dengue ha aumentado a más de la mitad en comparación con la década de 1950, contribuyendo a los más de siete millones de casos registrados en todo el mundo para 2024.
Y el informe cita otros insectos cuya zona de implantación sigue ampliándose mientras propagan enfermedades muy mortales o incapacitantes: la garrapata de la sangre, que transmite la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, o el diminuto flebótomo, portador de la leishmaniasis, una enfermedad parasitaria.