Descifrado La reforma del método de votación de estas tres ciudades, que lleva mucho tiempo en trámite, debe ser objeto de un proyecto de ley. Pero, dos años antes de las elecciones municipales, mientras la macronie se alía con Rachida Dati, la izquierda parisina denunció una “manipulación electoral”.
“Volver al derecho consuetudinario. » Así justificó Emmanuel Macron su deseo de reformar la llamada ley “París-Lyon-Marsella” (PLM) para que los habitantes de estas ciudades puedan votar directamente a su alcalde, y ya no a través de un sistema de grandes elecciones al estilo americano. votantes.
“Lo único que quiero para París es que un elector pueda tener los mismos derechos y contar tanto en París como en Amiens, Besançon o cualquier otro lugar”, declaró durante su conferencia de prensa el martes 16 de enero. Para ello, el presidente desea que “El gobierno y el Parlamento pueden decidir sobre una reforma profunda” de la ley vigente.
Actualmente, según la ley PLM del 31 de diciembre de 1982, las elecciones municipales en París, Lyon y Marsella se celebran por distritos o sectores, y no a nivel de ciudad. Por lo tanto, los electores votan por los concejales de su distrito (o sector), algunos de los cuales formarán parte del consejo municipal del ayuntamiento central y elegirán al alcalde de la ciudad. Por ejemplo, solo los votantes del distrito 11 de París pudieron votar por Anne Hidalgo en 2020, porque este es el sector donde se postuló la alcaldesa de París.
Esta ley fue ideada y defendida en los años 1980 por el socialista Gaston Defferre, entonces ministro del Interior y alcalde de Marsella. Objetivo: cambiar el método de votación de su ciudad para asegurar su reelección en las elecciones municipales de 1983. Misión cumplida, ya que fue reelegido con el 51,86% de los votos contra Jean-Claude Gaudin.
Una votación compleja para cambiar
Pero desde entonces, el agua ha corrido bajo los puentes. Este sistema electoral único de tres ciudades y su complejidad llegaron a ser criticados tanto por la izquierda como por la derecha. Sobre todo porque los resultados no siempre reflejan la voluntad popular. Así, Gaston Defferre ganó las elecciones con 2.500 votos menos que Jean-Claude Gaudin. Luego, en 2001, Gérard Collomb en Lyon y Bertrand Delanoë en París fueron elegidos con menos votos que la derecha dividida.
Durante las elecciones municipales de 2020, un nuevo escándalo en Marsella empujó a la macronieta a invertir en la cuestión. La ecologista Michèle Rubirola, aunque muy por delante en las encuestas, casi no llega a ser alcaldesa debido al sistema sectorial. El resaltado de un “fallo que debe corregirse”estima Richard Ferrand, entonces presidente de la Asamblea Nacional.
Encargada por Emmanuel Macron de actuar, la mayoría presidencial presentará un proyecto de ley destinado a reformar la ley del PLM en “las próximas semanas”prometió el martes 16 de enero el jefe de los diputados y de la Federación Renacentista de París, Sylvain Maillard. Previsto para diciembre, pero retrasado por la ley de inmigración, este texto debe ser objeto de un consenso que permita su adopción en el Parlamento.
Pero las discusiones no son sencillas. Revisar la ley PLM sí, pero ¿de qué manera? Los diputados del Renacimiento trabajan en una votación similar a la de otras ciudades de más de 1.000 habitantes, separando la elección del consejo municipal (del ayuntamiento central) y la de los consejos sectoriales (o distritales). Pero mientras desean conservar el voto indirecto (el consejo municipal elige al alcalde), Benoît Payan, alcalde socialista de Marsella, hace campaña a favor de una “sufragio universal directo”. Si bien La France insoumise se mostraría bastante favorable a “una votación por lista a nivel de ciudad”afirma el diputado del Ródano, Gabriel Amard.
Por último, la derecha teme una revisión electoral que aprovecharía para debilitar a los ayuntamientos de distrito quitándoles competencias o financiación. Sobre todo porque las tres ciudades no tienen la misma organización: París es una ciudad departamental, Lyon una ciudad metropolitana y Marsella una ciudad simple. “Esto no debería conducir a una recentralización de los poderes políticos y administrativos”advierte Geoffroy Boulard, alcalde de LR de 17mi distrito de París, en “le Monde”.
¿Derribar a la izquierda en 2026?
En la izquierda, particularmente en París, lo que nos parece extraño es el momento. “Reformar el método de votación en París, Lyon y Marsella dos años antes de las elecciones municipales, ¿es eso manipulación electoral? Cuando el proyecto lo llevan a cabo quienes son ellos mismos candidatos, ¡sí! » juzgó en X (ex-Twitter) el primer diputado del alcalde de París, Emmanuel Grégoire, deseoso de suceder a Anne Hidalgo.
Actualmente, los ayuntamientos de las tres ciudades están liderados por la izquierda: los socialistas Anne Hidalgo y Benoît Payan en París y Marsella, y el ecologista Grégory Doucet en Lyon. ¿No tendría como objetivo este cambio en el método de votación maximizar las posibilidades de derrocarlos? La Macronie niega cualquier cálculo electoral y recuerda que incluso con el nuevo sistema, Anne Hidalgo habría ganado las elecciones de 2020.
Pero entre el deseo de reformar rápidamente (antes de 2026) esta ley del PLM y la sorpresiva adhesión de Rachida Dati -principal opositora de Anne Hidalgo, convertida en Ministra de Cultura- a la macronie, la izquierda duda de las buenas intenciones manifestadas. Sobre todo porque, según “Le Monde”, el alcalde del distrito 7 de París habría acordado con Emmanuel Macron – quien lo niega – ser candidato de una hipotética alianza entre LR y la mayoría en la capital. Y que se apresuró a confirmar su candidatura a la alcaldía de París en 2026… al día siguiente del anuncio presidencial.
Ante esta situación que sólo concierne a los electores de estas tres ciudades -o incluso sólo a sus representantes electos-, el senador comunista de París Ian Brossat ironiza: “Diez millones de pobres, 4 millones de personas en viviendas precarias, precios explosivos de la energía… ¡y vamos a ocupar el Parlamento retocando el sistema de votación en París, Lyon, Marsella! ¿Nada más que hacer? »