La agencia de calificación considera que la “fragmentación política” del país no favorece una rápida recuperación de las finanzas públicas.
La agencia Moody’s apenas dio tiempo a François Bayrou a instalarse en Matignon el viernes, rebajando en las horas siguientes la calificación soberana de Francia, en vista de la “fragmentación política” del país, lo que, en su opinión, no favorece una rápida recuperación de las finanzas públicas.
Moody’s rebajó su calificación Aa2, que venía acompañada de una “perspectiva negativa” señalando un probable deterioro en el más o menos corto plazo, hasta Aa3, con perspectiva estable.
La agencia, que hasta ahora situaba a Francia ligeramente por encima de sus competidores, se suma a ellos: S&P clasifica a Francia como AA- con perspectiva estable, y Fitch AA- con perspectiva negativa. Sin embargo, todo sigue reflejando una calidad crediticia buena, incluso alta.
La agencia ha expresado repetidamente su preocupación por la situación de incertidumbre política que se apodera de Francia desde la disolución de la Asamblea Nacional anunciada el 9 de junio por el presidente Emmanuel Macron.
La censura, un efecto “negativo”
La perspectiva negativa de la calificación anterior data sólo de finales de octubre, y Moody’s había anunciado el mismo día de la censura del gobierno de Michel Barnier, el 4 de diciembre, que este acontecimiento sólo podría ser » negativo « para la calificación crediticia de Francia.
Sin embargo, Bercy no parecía esperar una nueva acción tan rápida, que el Ministro de Economía y Finanzas, Antoine Armand, inmediatamente “tomado nota”.
Para Moody’s, las finanzas públicas francesas estarán “considerablemente más débil” en los próximos tres años de lo previsto anteriormente, debido a una “Es más probable que la fragmentación política impida una consolidación fiscal significativa”.
Ella juzga la probabilidad » débil « para ver el próximo gobierno “reducir de forma sostenible el alcance del déficit presupuestario más allá del próximo año”.
Bayrou y la deuda, una larga historia
Antoine Armand estimó en su comunicado de prensa que el nombramiento de François Bayrou trajo consigo “una respuesta explícita” a las preocupaciones de la agencia de calificación.
Efectivamente, Michel Barnier y François Bayrou prestaron gran atención a estas cuestiones durante su cortés traspaso del poder el viernes por la tarde.
El señor Barnier quiso dejar un mensaje solemne: “Haríamos mal en olvidarnos del déficit y de la deuda (…) si no, de repente nos lo recordarán a todos”.
“Nadie conoce mejor que yo la dificultad de la situación”respondió el señor Bayrou, recordando haber “Asumió riesgos imprudentes en (su) vida política para plantear (durante las elecciones, incluidas las presidenciales, en las que se presentaba) la cuestión de la deuda y el déficit”.
«Y todos decían ‘está completamente loco, no vamos a hacer una campaña sobre la deuda'»recordó sonriendo.
Considerando que se trata de un problema a la vez financiero y también «moral»Con el peso que la deuda supone para los niños, el nuevo inquilino de Matignon prometió que ante esta situación “heredado de décadas enteras”tendría por “línea de conducta” de “No escondas nada, no descuides nada y no dejes nada a un lado”.