Análisis
Al final de su entrevista en Matignon, Olivier Faure, jefe del PS, declaró “que se quedó con ganas de más”. Sin embargo, el Primer Ministro tendrá que formar su gobierno y luego presentar un nuevo presupuesto. ¿Hay posibles puntos de acuerdo con los socialistas?
Por supuesto, ya pasó la época en la que François Bayrou, durante la campaña presidencial de 2017, calificaba a Emmanuel Macron como candidato. “las fuerzas del dinero” …justo antes de unirse a él. El hecho es que en materia económica, el MoDem siempre ha hecho oír su pequeña música, llegando incluso a votar varias enmiendas con el Nuevo Frente Popular durante el reciente debate sobre la ley de finanzas.
Así, el diputado por Pirineos Atlánticos Jean Paul Matteï, el experto en cuestiones presupuestarias entre los centristas, muy cercano al nuevo Primer Ministro, no dudó en defender junto a La France insoumise y los socialistas la perpetuación de un aumento de impuestos para grandes (más de mil millones de euros de facturación), mientras que Michel Barnier quería limitar esta contribución excepcional a sólo dos años. Asimismo, el MoDem defendió la creación de un “impuesto universal dirigido” para impedir que los más ricos huyan de Francia hacia regiones fiscales más ventajosas. Finalmente, Jean-Paul Matteï, nuevamente apoyado por Eric Coquerel, el presidente rebelde del Comité de Finanzas de la Asamblea Nacional, propuso aumentar el “impuesto único” (impuesto sobre los ingresos financieros) para pasar del 30% al 33. %.
Tantas medidas que, si aparecieran en el futuro presupuesto, tal vez podrían apaciguar a los socialistas, o incluso –siempre es posible soñar– animarles a no votar a favor de una posible censura. Pero a condición de que, al mismo tiempo, François Bayrou consiga pasar la píldora del lado de los macronistas y de los representantes electos. Los republicanos siguen oponiéndose ferozmente a cualquier aumento de impuestos a las grandes empresas y a los franceses más ricos. . Una apuesta lejos de ganarse.
¿Objetivo reducido?
A menos que llegue a un acuerdo, el nuevo inquilino de Matignon decide reducir su tamaño. En resumen, que vuelva al objetivo de ahorrar 60.000 millones de euros. En realidad, esto es lo que le sugirió a medias Pierre Moscovici, presidente del Tribunal de Cuentas, considerando hace unos días en Francia-Inter que pasar “ de 6,1 puntos de déficit a 5 puntos en un año » fue sin duda “muy difícil” y que no estaba prohibido” no ser exacto a la coma”. En definitiva, hacer un poco menos.. ¿Hasta dónde? En cuanto al gasto, François Bayrou tendrá dificultades para revertir las concesiones ya hechas por su predecesor Michel Barnier sobre el precio de la electricidad o el reembolso de los medicamentos. ¿Irá tan lejos como para proteger completamente a los jubilados como exigen la izquierda y la Agrupación Nacional?
En cuanto a los ingresos, a las empresas muy grandes se les debería volver a pedir alrededor de 8 mil millones de euros. ¿Pero a partir de qué fecha? Si el presupuesto anterior no hubiera sido censurado, las multinacionales podrían haber tenido que pagar impuestos por su ejercicio financiero que finaliza el 31 de diciembre de 2024. Y el dinero habría regresado rápidamente a las arcas del Estado. Con un presupuesto aprobado recién en 2025, lo más probable es que tengamos que esperar un año más. “De un año para otro, las leyes tributarias no tienen carácter retroactivo, salvo que concurra una “razón imperiosa de interés general” de la nación, lo que no es el caso aquí” explica Emmanuel Dinh, un reconocido abogado fiscalista de París.
Lo mismo se aplica a las personas muy ricas que habrían tenido que pagar (si se hubiera aprobado el sistema Barnier) un impuesto adicional, siempre que actualmente tributen menos del 20%. Una especie de anomalía fiscal –y en cualquier caso una injusticia– que sólo afecta a 24.300 hogares que viven principalmente de sus ingresos financieros. En los últimos días, muchos de ellos han consultado a sus contables para pagarse los dividendos máximos en 2024 (es decir, sin tener que pagar más)… para evitar la sobreimposición en 2025.