Entrevista por
Léane Madet
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Entrevista
El Tribunal Administrativo canceló el martes la “licencia de salud ginecológica” establecida por la metrópoli alsaciana. Para el senador socialista Laurence Rossignol, en ausencia de una ley específica, esta decisión administrativa destaca la urgencia de cambiar el marco legal.
Este martes 24 de junio, el Tribunal Administrativo de Estrasburgo canceló la “licencia de salud ginecológica” de trece días al año, destinados a mujeres que padecen dolor menstrual, endometriosis o síntomas de la menopausia. Se había establecido, para los agentes municipales, en septiembre pasado por el municipio y la Eurometropolis de Estrasburgo, para los agentes de la ciudad. Sesenta y siete de ellos ya se han beneficiado. Sin embargo, el tribunal acordó la prefectura de BAS-Rhin, que había atacado el dispositivo para el defecto de un marco legal.
Una decisión que no sorprende al senador socialista Laurence Rossignol. Es precisamente llenar este vacío legal que una ley, de la cual ella era una relatora y la ardiente defensor, fue propuesta el año pasado por el senador socialista Hélène Conway-Mouret. Pero fue rechazado por el Senado en febrero de 2024. Y desde entonces, como recuerda Laurence Rossignol, ni las autoridades locales ni el sector privado tienen una base legal para adaptar las condiciones de trabajo a los empleados invalidados por el dolor crónico del origen ginecológico. Entrevista.
¿Fue predecible este resultado legal?
Laurence Rossignol Absolutamente. El prefecto es responsable de ejercer el control de legalidad. Al cancelar las deliberaciones del Consejo Municipal de Estrasburgo, cuando estaban desprovistos de base legal, está completamente en su papel. Por otro lado, aquellos que no asumieron sus responsabilidades son los parlamentarios que, en febrero de 2024, rechazaron el proyecto de ley senatorial destinado a crear una licencia por enfermedad más adecuada para las situaciones de las mujeres que sufren de una dismenorrea, recurrente y a menudo deshabilitando el dolor menstrual. El prefecto como el Tribunal Administrativo no puede ignorar la ausencia de una base legal: esta es precisamente la razón por la cual una reforma de la ley es esencial.
¿Cuál es el siguiente paso en la lucha por tener un mejor dolor ginecológico en el trabajo?
Ante este vacío legal, ahora depende del gobierno apoderarse de este tema, porque las dismenorrees constituyen un problema real de la igualdad profesional. Mientras no haya una mayoría en el Parlamento que decidiera otorgar este permiso a las mujeres, la situación no podrá evolucionar y las mujeres continuarán sufriendo en silencio en el trabajo. En el sector privado, los empleadores y los empleados a veces se encuentran pirateando arreglos informales, pero esto sigue siendo el bricolaje. Y es profundamente injusto, porque todas las mujeres no se benefician de él.
¿Qué bloquea la adopción de dicha ley?
El costo, por supuesto. Uno de los principales problemas de esta ley sería la abolición del período de deficiencia, que es completamente inadecuado en el caso de patologías menstruales recurrentes y crónicas. El tema de la endometriosis, por ejemplo, que ha ganado visibilidad en el espacio público en los últimos años, ha destacado la incapacidad aprobada por el trabajo que causa esta patología. Y también su impacto económico desde estos días de deficiencia pesan sobre el salario de los empleados enfermos. Una licencia adecuada, que no requeriría una consulta médica cada mes, es hoy esencial.