Veinticinco países, la mayoría de ellos ricos, se comprometieron este miércoles 20 de noviembre en la COP29 a no abrir más centrales eléctricas de carbón, con la esperanza de llevar a otros países hacia el fin del carbón. El Reino Unido, que acaba de cerrar su última central eléctrica de carbón, Canadá, Francia, Alemania y Australia, un gran productor de carbón, firmaron este llamamiento voluntario durante la conferencia de la ONU sobre el clima en Azerbaiyán. China, India y Estados Unidos no están allí.
Prometen que sus próximos planes climáticos no incluirán ninguna nueva central eléctrica alimentada con carbón sin captura de CO2. El compromiso no les exige que abandonen la minería o la exportación de carbón.
El carbón, cuando se quema, libera más CO2 a la atmósfera que el petróleo y el gas. Y su uso sigue aumentando en todo el mundo.
“El compromiso de iniciar la transición para abandonar los combustibles fósiles debe traducirse en acciones reales sobre el terreno”declaró Wopke Hoekstra, responsable de clima de la Comisión Europea, que firmó el llamamiento.
«Ahora tienes que cerrarlo».
Nuevos proyectos de carbón “debe parar”declaró el secretario de Energía británico, Ed Miliband, también presente en Bakú.
La firma de Australia, cuyo nuevo gobierno laborista en el poder desde 2022 es ambicioso en materia climática, fue bien recibida por las ONG. “La puerta del carbón se ha cerrado. Ahora tienes que cerrarlo.»dijo a la AFP en Bakú Erin Ryan, de la filial australiana de la Red de Acción Climática.
Angola, Uganda y Etiopía están entre los otros firmantes de este compromiso desarrollado con la alianza “Impulsando el carbón”.