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Designado para el Ministerio de Educación, el ex Primer Ministro tendrá que refutar o confirmar la postura dogmática ultraliberal de “hacer mejor con menos” de los sucesivos gobiernos macronistas.
Este artículo es una columna, escrita por un autor ajeno al periódico y cuyo punto de vista no compromete a la redacción.
Un año después de dejar su cargo de Primera Ministra, Elisabeth Borne fue nombrada, el lunes 23 de diciembre, Ministra de Educación Nacional –sexta ministra de la calle de Grenelle en dos años…–, de Enseñanza Superior y de Investigación.
Diputada por Calvados después de haber sido tres veces ministra de Emmanuel Macron (Transportes, Transición Ecológica y Trabajo), Elisabeth Borne llega al Ministerio de Educación con una reputación marcada por el sello del autoritarismo, habiendo utilizado 23 veces el artículo 49.3 de la Constitución. Como Primer Ministro, enfrentó 31 mociones de censura y lideró una reforma de las pensiones que fue particularmente mal recibida por los docentes.
Si la cuestión del diálogo, de escuchar al personal educativo, maltratado mediante medidas cautelares y reformas de arriba hacia abajo desde 2017, surge con urgencia, el nuevo Ministro de Educación debe abordar inmediatamente cuestiones en este ámbito que están estancadas y que contribuyen en gran medida a la degradación. de nuestro sistema educativo, así como a la devaluación de la profesión docente.
El presupuesto para 2025: si bien la población escolar disminuirá en 97.000 estudiantes al inicio del año escolar 2025 y en 500.000 estudiantes en 2027, la anunciada eliminación de 4.000 puestos -o un total de 10.000 reducciones desde 2017- en el presupuesto hoy en seco El muelle marca un mayor deterioro de las condiciones laborales de los profesores y sus estudiantes.
Con una matrícula entre las más altas de los países de la Unión Europea (22 estudiantes por clase de media en Francia, frente a 19 estudiantes de media en educación primaria en otros países, 26 estudiantes en educación secundaria frente a 21 en la Unión Europea), la caída de la demografía escolar en nuestro país debería aprovecharse ante todo para reducir el tamaño de las clases y mejorar así la ratio de enseñanza, condición esencial para hacer frente a las dificultades académicas y aplicar métodos de enseñanza diferenciado.
En este sentido, Elisabeth Borne tendrá que refutar o confirmar la postura dogmática ultraliberal del “hacer mejor con menos” sucesivos gobiernos macronistas. Convengamos en que algunas de sus declaraciones como Primera Ministra – “En cuanto a nuestras finanzas públicas, deben volver al equilibrio” – difícilmente se presta al optimismo en este ámbito.
Arbitraje en grupos de nivel
El segundo escollo para el nuevo Ministro de Educación es la cancelación de los grupos de nivel – piedra angular del “choque de conocimientos” – por parte del Consejo de Estado el 28 de noviembre, un verdadero desaire para el ex Ministro de Educación Gabriel Attal.
Estos grupos de niveles, muy cuestionados por los profesores, son difíciles de establecer en las clases de sexto grado.miy 5mi en francés y matemáticas se refieren a un modelo escolar que gestiona la heterogeneidad a través de una lógica de separación de los estudiantes.
En total contradicción con la ley de 2014 que especifica que “la universidad ofrece (…) sin establecer sectores, enseñanza y organización educativa adecuados a la diversidad de los estudiantes”estos grupos de nivel, modestamente rebautizados como “grupos de necesidades”, también contravienen el artículo L233.3 del Código de Educación que especifica que “las universidades brindan educación común distribuida en niveles sucesivos”.
Favorito absoluto de Gabriel Attal que justificó estos grupos de nivel afirmando que permitirían “algunos se van volando”construido sin consulta alguna (y con limitaciones que lo han hecho inoperante en un buen número de establecimientos), este sistema criticado por toda la comunidad educativa deberá ser objeto de un arbitraje ministerial sobre su futuro.
Por último, entre los temas centrales de la actualidad educativa, el programa de educación emocional, relacional y sexual permitirá medir concretamente la voluntad “progresista” de Elisabeth Borne frente a una derecha conservadora y una extrema derecha particularmente movilizadas contra esto. proyecto que, por otra parte, contó con el asentimiento de la comunidad educativa.
Preservar la educación sexual
La educación sobre sexualidad y prevención en las escuelas es una cuestión de justicia social, en el sentido de que las desigualdades en el acceso a la información y a la atención golpean primero a los jóvenes desde los más modestos. Al confirmar la implementación de este proyecto, la nueva Ministra de Educación expresará su deseo de hacer de la escuela un lugar de emancipación, de reducción de las desigualdades para una sociedad más inclusiva y más solidaria.
En su discurso de política general del 6 de julio de 2022, la ex Primera Ministra declaró sobre las escuelas: “Ahí es donde todo se reduce” !
aunque no «especialista» En cuestiones de educación, según sus propias palabras, la Ministra de Educación, Elisabeth Borne, número dos en el orden protocolar y Ministra de Estado, puede hoy tomar medidas poniendo fin a la política de desmantelamiento de la Escuela de la República iniciada desde 2017.
¡Así que señora Ministra de Educación, después de las palabras, los hechos!