La justicia retrasa su decisión de detener la obra, enfado de los opositores, “muy mala noticia para la biodiversidad”

A la espera de la sentencia del tribunal administrativo, que no debería producirse hasta dentro de varios meses, los trabajos continuarán, recuerda el investigador en derecho medioambiental Dorian Guinard.

Este es un gran golpe para los oponentes de la A69. Si bien se esperaba una decisión del tribunal administrativo de Toulouse este lunes 9 de diciembre sobre la continuación o suspensión de las obras, el organismo anunció que posponía su decisión… y relanzaba la investigación. En un comunicado de prensa, el tribunal precisa que“una nueva audiencia para pronunciarse sobre la legalidad de las autorizaciones ambientales” se mantendrá “en los próximos meses”.

Las asociaciones ecologistas que se oponían al proyecto expresaron inmediatamente su «consternación»viendo en esta decisión “una maniobra encaminada a ahorrar tiempo para la continuación de los trabajos y el paso de fuerza”. El 20 de noviembre, el relator público emitió un dictamen hostil al sitio, invitando a la justicia administrativa a anular los decretos prefecturales que autorizaban la construcción de la carretera, lo que habría provocado la suspensión de las obras.

¿Cómo explicar este aplazamiento? ¿Es tal decisión común o excepcional? Perspectivas de Dorian Guinard, profesor de derecho público en la Universidad de Grenoble Alpes (Sciences Po Grenoble).

Mientras que el relator público se pronunció a finales de noviembre a favor de anular la autorización del proyecto de autopista, el tribunal administrativo decidió este lunes posponer su sentencia. ¿Por qué motivos?

Dorian Guinard El tribunal justifica este aplazamiento por el hecho de que se añadieron nuevos documentos al expediente que se examina tras la audiencia del 25 de noviembre. Considera que estos documentos son suficientemente importantes para justificar un nuevo examen del expediente, en particular para que las distintas partes en el proceso puedan debatir la pertinencia de los argumentos y de los elementos añadidos.

¿Qué partes son estas?

En su comunicado de prensa, el tribunal no especifica esto. Por el momento, sólo podemos confiar en lo que dicen las asociaciones que han interpuesto el recurso ante el tribunal administrativo para paralizar el proyecto y que, como parte en el proceso, tienen acceso al expediente y a las partes agregadas. En su comunicado, afirman que el tribunal administrativo reabre la investigación porque el Estado acaba de enviar un compromiso ministerial relativo a una reducción de las tarifas de peaje en determinados tramos de la futura autopista, del orden del 33%.

Con estos nuevos elementos, ¿le sorprende la decisión del tribunal?

Dada la información que tenemos en este momento, sorprende, sí. En primer lugar, el momento elegido por el Estado para aportar estos nuevos elementos plantea la pregunta: ¿por qué estos nuevos documentos, si son tan importantes, se incorporaron tan tarde al expediente? En cuanto al fondo, entonces, la importancia real de este anuncio de precios también plantea dudas. Si es el único motivo de este aplazamiento, como afirman las asociaciones, hay motivos para sorprenderse. Porque, a la luz de la jurisprudencia, este no parece ser un elemento importante que justifique la reapertura de una investigación.

Una de las principales cuestiones en el juicio esperado es si el proyecto A69 cumple o no con un “razón imperativa de mayor interés público (RIIPM)”. De hecho, es este RIIPM el que permite validar una exención de la prohibición de destrucción de especies protegidas. Lo que importa en este asunto son, sobre todo, la cuestión de la apertura del territorio y las ventajas de seguridad de la autopista: ¿hará que algunos viajes sean más seguros? Sin embargo, en estos dos puntos, el relator público fue muy claro, considerando que las contribuciones de la A69 eran demasiado inciertas para justificar un RIIPM.

Esta decisión es un duro golpe para los oponentes…

En primer lugar, ¡estas son muy malas noticias para la biodiversidad! A la espera de la decisión del tribunal, que no se espera hasta dentro de varios meses, las obras están autorizadas a continuar, ya que la reapertura de la investigación no fue acompañada de una suspensión de los trabajos. Por lo tanto, la destrucción de especies protegidas continuará: 169 de ellas han sido contabilizadas a lo largo del trazado de la A69… Y aunque la justicia diera la razón a los oponentes dentro de unos meses, el daño al medio ambiente ya se habría cometido cuando llega.

Este expediente es emblemático de la forma en que muchos grandes proyectos de desarrollo son llevados a cabo por sus promotores: con las autorizaciones prefecturales que obtienen, comienzan las obras incluso antes de que se hayan agotado todos los recursos legales interpuestos. Esta estrategia de «hecho consumado» es dramático para el medio ambiente, ya que cuando finalmente la justicia administrativa se pronuncia, el daño muchas veces ya está hecho. La historia reciente está llena de ejemplos de este tipo, desde el desvío de Beynac hasta la construcción del lago Caussade.

Podemos leer allí una forma de desprecio por el Estado de derecho. También podemos lamentar que la mayoría de los funcionarios electos locales y nacionales apoyen esta forma de hacer las cosas. En el caso de la A69, un proyecto de 30 años, ¿no habría sido más prudente pedir a los promotores que actuaran con cautela pidiéndoles que depuraran las apelaciones y despejaran las dudas sobre la legalidad en cuanto al fondo antes de empezar a destruir algo? Se trata de la protección de nuestros ecosistemas pero también de la buena gestión de los fondos públicos.