Entrevista Mientras continúan los debates en el Parlamento sobre los distintos textos presupuestarios, la amenaza de censura gubernamental es cada vez más grave. ¿Pero qué pasará si el ejecutivo es derrocado? ¿Puede Francia filmar sin presupuesto? Respuestas de la constitucionalista Anne-Charlène Bezzina.
Este martes 26 de noviembre, el gobierno de Barnier obtuvo su primera victoria presupuestaria: a pesar de la abstención de los macronistas, el Senado validó cómodamente el proyecto de financiación de la Seguridad Social para 2025. Un texto que no pudo ser aprobado en los plazos fijados a la Asamblea Nacional. Pero la respiración durará poco. A partir del miércoles a las 14.00 horas, siete diputados y siete senadores serán convocados en un comité conjunto (CMP) para llegar a un compromiso. Una palabra que, hasta ahora, ha tenido grandes dificultades para traducirse en realidad en el Parlamento.
Si hay acuerdo, cada cámara deberá ratificar el texto final mediante votación. Una formalidad en el Senado, pero no en la Asamblea, donde el primer ministro Michel Barnier pretende activar los primeros 49,3 de su visita a Matignon. En ese caso, estaría bajo la amenaza de una moción de censura de la izquierda y de la Agrupación Nacional (RN), que, de ser aprobada, derrocaría su gobierno. Aunque los otros textos presupuestarios –el proyecto de ley de finanzas de 2025 y el llamado “fin de gestión para 2024”– aún no han sido adoptados. En este contexto, ¿qué pasará? ¿Está un gobierno provisional facultado para votar un presupuesto? ¿Puede Francia funcionar sin presupuesto? Respuestas de la constitucionalista Anne-Charlène Bezzina, autora del libro “Esta Constitución que nos protege” (XO éditions, 21,90 euros).
¿Cuál es la vía legislativa normal del presupuesto, según la Constitución?
Anne-Charlene Bezzina No vamos a hablar de “el” presupuesto, sino “de” presupuestos. Actualmente, Michel Barnier tiene una triple espada de Damocles en la cabeza: el proyecto de ley de finanzas (rechazado el 12 de noviembre por la Asamblea y en discusión en el Senado, nota del editor)el proyecto de financiación de la Seguridad Social y el llamado proyecto de ley de financiación “fin de gestión para 2024” (rechazado el 19 de noviembre por la Asamblea, adoptado el 25 de noviembre en el Senado y presentado al CMP el 26 de noviembre).
Para estos textos normalmente hacemos sólo una lectura por cámara antes de realizar inmediatamente una conciliación permitida por el artículo 45 de la Constitución. Se reúne un comité mixto para acordar un texto. De encontrarse así, se requerirá una lectura final en la Asamblea y el Senado para validar o no el compromiso. Todo esto debe hacerse en cincuenta días para el presupuesto de la Seguridad Social y setenta días para el presupuesto.
El artículo 47 de la Constitución abre otra salida: tomar el presupuesto por orden, es decir que el gobierno toma el presupuesto solo, “si el Parlamento no ha decidido en un plazo de setenta días”. Si hay incertidumbre sobre el término “pronunciado”, normalmente es la idea de que las asambleas no han dicho ni sí ni no al texto final del presupuesto.
Admitamos ahora que el CMP es concluyente, que tenemos un texto de conciliación y que volveremos a la Asamblea Nacional para que lo apruebe. Para aprobar el texto, el Primer Ministro utiliza el artículo 49.3 de la Constitución. Pero no se aprueba porque, a cambio, se adopta una moción de censura. En este escenario quedará la incertidumbre de saber si consideramos que el Parlamento ha “decidido”, pero a priori se trata de un rechazo del presupuesto por lo que no podemos aprobarlo mediante ordenanza.
Si se aprueba una moción de censura, el gobierno es derrocado. ¿Un ejecutivo dimisionario que gestiona los asuntos cotidianos está autorizado a adoptar un presupuesto?
Dos veces bajo la Vmi República, aprobamos el presupuesto fuera de los plazos constitucionales: el 25 de febrero de 1962 y el 17 de enero de 1980. Pero no hubo el mismo estado de incertidumbre que hoy y el gobierno no fue derrocado. A día de hoy aún no sabemos qué podremos aplicar y cómo. Que el Gobierno provisional –el que dimitió– pueda adoptar textos parece posible. Sin embargo, que adopte un presupuesto mediante ordenanza parece improbable porque nos preguntaremos cuál es su legitimidad para hacerlo.
Aún así, no sabemos realmente qué puede o no puede hacer un gobierno que dimite. Dado que el Consejo Constitucional dice que es necesario asegurar la continuidad de la Nación en materia financiera, podemos decir que antes del 1ejem En enero, el gobierno provisional de Barnier tal vez podría adoptar ciertos textos para colmar la brecha. Pero política, presupuestaria y fiscalmente, el gobierno dimisionario no tiene las manos libres.
Si la Asamblea Nacional aprobó una moción de censura es porque rechazó el texto del presupuesto que, por tanto, no puede aprobarse mediante ordenanza. ¿Qué texto podría entonces adoptar el gobierno dimisionario?
Lo que sucederá es la votación de una ley llamada «especial», establecida por la ley orgánica relativa a las leyes de finanzas de 2001. En este caso, habrá una ley especial que debería permitir al Estado recaudar impuestos. No sabemos cómo funciona porque nunca se ha usado, pero la idea es que haya dinero para administrar el estado en 1ejem Enero.
Para el resto de ingresos y gastos, será necesario continuar las discusiones entre el gobierno y la Asamblea Nacional. Mientras tanto, según el precedente de la Cuarta República, los diputados votarán el duodécimo provisional, es decir, la renovación del presupuesto del año pasado, dividido en tramos de doce meses. Un presupuesto que sólo sería operativo. Estamos entrando en un gran período de incertidumbre financiera.
La portavoz del gobierno, Maud Bregeon, dijo el domingo que temía «un escenario griego». También hablamos de un “cierre”, llamado así por el cese de las actividades gubernamentales en Estados Unidos. ¿Es este escenario posible en Francia si no se aprueba ningún presupuesto?
No es realmente un cerrar ya que la idea es que el Estado siga recaudando impuestos. Pero en cualquier caso será un período muy incierto para nuestras finanzas públicas. Será un período de gestión muy tensa que se desarrollará entre el gobierno (dimitido o nuevo) y la Asamblea Nacional, hasta que puedan llegar a un acuerdo.