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La candidatura de René Dumont a las elecciones presidenciales fue un momento fundacional para la ecología política.
para ir más lejos
Todo empezó con una escena increíble. El 6 de abril de 1974, cuatro días después de la muerte del presidente Georges Pompidou, tres jóvenes ecologistas se subieron a un viejo 2CV y se dirigieron a Orly para una misión un poco loca: recoger a un tal René Dumont cuando bajara del avión… y convencerlo de postularse para el Elíseo. ¡Solo eso! Este agrónomo, que regresaba de un viaje a Argelia, fue elegido por un puñado de activistas para encarnar la ecología en las elecciones que se celebrarán dentro de un mes. Su audacia da sus frutos: tras una noche de reflexión, el interesado acepta.
Entonces comienza una campaña loca pero muy fundacional. Porque en aquella época los ecologistas no tenían partido, ni personal político, ni dinero. En cuanto a René Dumont, de 70 años, figura respetada en los círculos activistas, es un desconocido para la gran mayoría de los franceses. Pero muy pronto destacará. Por su estilo caprichoso. A través de su discurso, agudo y profético. También por su suéter rojo. Con sus gruesas gafas de montura negra y…
