Te llevó varios años escribir este libro, ¿de dónde viene esta pasión por Hannah Arendt?
En el título de tu obra saltan dos palabras: “parias” y “tribu” (la segunda de ellas entre comillas). ¿Puedes explicar la elección de estas dos palabras? ¿Por qué no utilizar “indeseables”, término utilizado por las autoridades francesas para designar esta “categoría” de extranjeros?
Al comienzo de su libro, un personaje parece desempeñar un papel determinante en el viaje de Hannah Arendt: Rahel Varnhagen. Para qué ?
¿Por qué a los intelectuales alemanes les cuesta apreciar el ascenso de Hitler al poder y su capacidad para permanecer allí?
¿Por qué Hannah Arendt finalmente eligió Francia para su exilio, aunque no emigró allí directamente?
¿Es la condición de parias lo que conduce a esta inclinación fraternal que recorre el libro de principio a fin? Para usted, ¿cómo es política la amistad?
Hannah Arendt fue internada en el campo de Gurs y poco después, en su itinerario, estuvo tentada por el suicidio. Sin embargo, dirá de estos ocho años pasados en Francia que este período de su vida representa más bien días felices. ¿Cómo explicar esta percepción paradójica?
En mayo de 1941, Hannah Arendt llegó a Nueva York gracias a la red Varian Fry y dices que se sintió culpable por haber sido salvada. ¿Cómo entiendes este sentimiento?
Hannah Arendt mantuvo una gran fidelidad intelectual a Walter Benjamin incluso después, y quizás especialmente después, del suicidio de este último. ¿Será porque desempeñó un papel especial dentro de la tribu?
¿Sobrevive la “tribu” después de la guerra?
Para cerrar el libro, no podemos evitar establecer un paralelo con nuestra situación actual, donde la extrema derecha avanza y donde el rechazo de los extranjeros invade el debate público. ¿Estos temas también te acompañaron durante la escritura de tu libro?
◗ (1) Hannah ARENDT, “El gran juego del mundo”, discurso con motivo de la concesión del Premio Sonning, 1975, traducción de Michelle-Irène B. de Launay y André Enegrén, revista “Esprit” n° 67 / 68, julio-agosto de 1982, p. 22.
◗ (2) “Correspondencia, 1939-1975”, Günther Anders, Hannah Arendt.
◗ (3) “La escoria de la Tierra”, Arthur Koestler.