La asociación de consumidores CLCV presentó una denuncia contra X por engaño en el caso de agua embotellada contaminada y depurada mediante técnicas prohibidas, tras la presentación de varias denuncias por parte de Foodwatch contra Nestlé Aguas y Fuentes Alma en el mismo caso.
La asociación CLCV cree que “varias empresas o grupos de empresas” especializados en la venta de agua embotellada (mineral o natural) “han implementado técnicas prohibidas para purificar el agua comercializada, al menos desde 2010”afirma la denuncia.
“La CLCV considera que los hechos denunciados constituyen un atentado muy significativo a los derechos de los consumidores que han sido engañados sobre las cualidades esenciales del agua comercializada”añade. Preguntada por la AFP, la fiscalía de París confirmó haber recibido esta denuncia e indicó que estaba siendo analizada.
Escándalo de salud
En enero, Radio Francia y «Le Monde» revelaron la utilización en Francia desde hace muchos años de tratamientos prohibidos para purificar el agua mineral vendida en botellas. Un informe de la Inspección General de Asuntos Sociales (IGAS) de julio de 2022 pero publicado recién el 23 de febrero de 2024 “contenido confirmado” de estos artículos de prensa, según la denuncia.
Nestlé Waters admitió a finales de enero haber utilizado sistemas de desinfección prohibidos (lámparas UV, carbón activado) para mantener la “seguridad alimentaria” de sus aguas de los Vosgos (Vittel, Contrex y Hépar), afirmando al mismo tiempo “que la seguridad alimentaria y la calidad de sus aguas minerales naturales estuvieron siempre garantizadas, y que siempre se conservó su composición mineral única tal y como aparecía en las etiquetas”.
En febrero, Foodwatch presentó una primera denuncia en París contra Nestlé Waters y Sources Alma (Cristaline, St-Yorre, Vichy, etc.), transferidas por la fiscalía de la capital a la de Epinal, que ya había abierto una investigación preliminar por fraude. apuntando al gigante agroalimentario suizo.
Esta investigación concluyó con la firma, el 10 de septiembre, de un acuerdo (un CJIP, Convenio Judicial de Interés Público) entre Nestlé y el tribunal judicial de Epinal, por el que el grupo se comprometía a pagar una multa de 2 millones de euros, además de “reparar el impacto ecológico” a cambio del abandono de todo proceso penal por hechos cometidos en los Vosgos.
Por ello, la asociación Foodwatch volvió a presentar una denuncia el 25 de septiembre en París para que un juez de instrucción investigue las prácticas presentadas como fraudulentas por Nestlé y Sources Alma.