La sorprendente invención centenaria de Edison que regresa para revolucionar la producción de hidrógeno

En plena transición energética, una vieja batería de níquel-hierro imaginada por Edison vuelve a escena con una misión diferente. Investigadores de Delft han reinterpretado su química para convertirla en fuente de hidrógeno verde, uniendo almacenamiento y producción en un solo sistema.

El resultado es el Battolyser, un dispositivo que actúa como batería cuando se necesita energía y como electrolizador cuando está completamente cargado. Con esta doble función, la innovación suaviza la intermitencia renovable y genera hidrógeno sin emisiones cuando las condiciones son óptimas.

Cómo funciona el Battolyser

El Battolyser emplea los mismos electrodos de níquel y hierro que Edison popularizó hace más de un siglo. Durante la carga y descarga opera como una batería alcalina, y al alcanzar la carga completa desvía la energía a la electrólisis del agua.

Se integra con sistemas de electrólisis alcalina ya disponibles y se alimenta de fuentes solares o eólicas. Así, cuando hay excedentes renovables, prioriza la producción de hidrógeno; cuando la red lo requiere, entrega electricidad con rapidez.

Esta arquitectura híbrida agrega flexibilidad al sistema energético, ofreciendo servicios de estabilidad de red y, al mismo tiempo, combustible limpio para la industria y el transporte. Un único equipo etiqueta tanto el almacenamiento como la conversión en vector energético.

Una eficiencia notable

Con rendimientos de hasta el 85%, el Battolyser supera alternativas comparables en coste y simplicidad. Aprovecha materiales abundantes y baratos, reduciendo la dependencia de metales críticos y favoreciendo una fabricación más accesible.

Además, la tecnología puede generar hidrógeno a presión, simplificando etapas posteriores de compresión y almacenamiento. Este rasgo reduce pérdidas y puede recortar el costo nivelado del hidrógeno en aplicaciones industriales.

Ventajas y aplicaciones

Las celdas de níquel-hierro son notoriamente robustas y toleran ciclos profundos con vida útil de 20–30 años. Su respuesta rápida aporta servicios de red, mientras que la producción de hidrógeno crea un flujo de ingresos adicional.

En periodos de precios altos, el Battolyser puede descargar a la red; en momentos de exceso renovable, se vuelca a electrólisis. Esta capacidad de arbitraje energético mejora la viabilidad económica del despliegue.

  • Costes de materiales más bajos y cadenas de suministro menos tensas.
  • Operación dual: almacenamiento eléctrico y producción de hidrógeno.
  • Vida útil extensa con mantenimiento contenible.
  • Producción a presión, útil para logística e industria.
  • Integración sencilla con fotovoltaica y eólica en sitios remotos.

Impacto en el mix energético europeo

En 2022, el hidrógeno representó menos del 2% del mix europeo, mayormente de origen fósil. La conversión a hidrógeno verde es crucial para descarbonizar amoniaco, refino y acero, sectores difíciles de electrificar.

El Battolyser puede acelerar ese cambio, alinear la oferta renovable con la demanda de moléculas y proporcionar resiliencia a la red. Su rol de puente entre electrones y moléculas encaja con la estrategia europea de integración sectorial.

“Cuando el sistema ve un excedente, el Battolyser guarda o transforma; cuando ve escasez, apoya a la red. Es flexibilidad hecha hardware.”

Implementación y hoja de ruta

La compañía planea demostrar un módulo de 2,5 MW el próximo año y un sistema de 5 MW en el segundo trimestre de 2025. Esa escalada permite validar rendimiento, fiabilidad y economía a medida que se multiplican los sitios piloto.

Para finales de 2026, el objetivo es instalar unidades de hasta 500 MW, un paso hacia despliegues a escala industrial. Con contratos de suministro, estándares alcalinos y ubicaciones cercanas a puertos, la adopción podría acelerarse.

La regulación será clave: señales de precio al carbono, subastas de hidrógeno verde y permisos ágiles. Con apoyo a infraestructura y certificación de origen, la curva de costos puede caer con rapidez.

Un legado que apunta al futuro

Que una idea de Edison resurja no es nostalgia: es un recordatorio de que la ingeniería evoluciona por recombinar lo que ya funciona. Aquí, la batería de níquel-hierro se convierte en motor de la economía del hidrógeno.

Si el Battolyser cumple su promesa, veremos redes más estables, industrias más limpias y mejor uso de cada kilovatio renovable. Una tecnología de ayer, ajustada con la ciencia de hoy, para la energía de mañana.

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