El reo que estaba en Chiconautla fue llevado al aeropuerto de Toluca y de ahí a un penal donde permanecerá en el área de secuestradores.
Excelsior
CIUDAD DE MÉXICO.- Esta mañana el periodista Ciro Gómez Leyva dio a conocer que Luis Alberto González Nieto mejor conocido en las cárceles como “El Tato” o “El Tatos” fue trasladado a un penal en el estado de Durango al norte del país.
José Alberto Rodríguez, Titular del Órgano Administrativo de Prevención y Readaptación Social, fue entrevistado sobre la movilización del reo y detalló “en este momento está siendo llevado al Aeropuerto de Toluca y volará a través de un vuelo oficial, rumbo al Penal Federal Numero 14 de Gómez Palacio Durango, estará recluido en un lugar especial para secuestradores”.
El documento agrega que “la noche de este lunes, dentro de la reunión semanal del Grupo de Coordinación Estado de México, donde se da seguimiento a la estrategia de seguridad en la entidad, se realizó la petición ejecutada este día”.
El gobierno estatal indicó además que “como parte del trabajo de inteligencia del sistema penitenciario se llevó a cabo esta acción, en la que, a pesar de contar con un amparo, este personaje puede ser llevado a otro centro penitenciario”.
“Ello debido a una disposición legal que lo permite en casos donde es necesario para garantizar la gobernabilidad del centro de reclusión donde se encuentra”.
También se supo que este día el penal de Chiconautla se encuentra operando con normalidad y a partir de las 10:00 AM se abrirá un periodo de visita extraordinaria, como atención a los familiares de los internos.
¿Quién es “El Tatos”?
“El Tatos” nació en la Ciudad de México el 17 de septiembre de 1986. Tiene 31 años y mide 1.66.
Está acusado de:
Tiene además, una orden de aprehensión pendiente por otro secuestro en la Ciudad de México, y enfrenta una denuncia de hechos por delincuencia organizada en Otumba.
Ha estado en los siguientes centros de reclusión:
La autoridad, lo considera una persona que mantiene latentes conductas de trasgresión, así como la capacidad de organizar y planear como líder negativo que genera conductas de lucha y poder. Su perfil criminológico lo ubica como un riesgo social e institucional por su agresividad latente y control inadecuado de sus impulsos.